El otro día probé unos deliciosos huevos verdes que preparó mi suegrita linda. Aunque ya había oído de los huevos verdes con jamón, e incluso ya había probado lo que ahora me atrevo a llamar huevos rojos, francamente no tenía idea de lo que serían los huevos verdes.
Para los curiosos y para los chismosos: - Los huevos verdes que probé eran, hasta donde mi entendimiento y sentido de apreciación alcanzan en este momento, deliciosos huevos revueltos bañados en salsa verde. - La salsa verde tenía el tradicional toque de acidez de las salsas preparadas a base de lo que en buena parte de México llamamos tomate (el mismo ingrediente, en otras partes de méxico y el mundo es llamado jitomate), me refiero, naturalmente, al que es pequeño y color verde. - Que no falte el amor, que siempre es mi favorito de los toques especiales de la comida.
No soy un buen cocinero (creo que no soy siquiera un mal cocinero) y no tengo en este momento especificaciones más detalladas sobre los huevos verdes. Pero invito a los curiosos y también a los chismosos a probarlos. Ñam ñam ñam.