No a gritos desesperados, pero a veces se me apachurra el corazón, que acelera los latidos e incrementa mi presión arterial y… ¡pim! una lagrimita escurre por mi rostro.
No a gritos desesperados, pero a veces se me apachurra el corazón, que acelera los latidos e incrementa mi presión arterial y… ¡pim! una lagrimita escurre por mi rostro.